"Nadie deja su casa a menos que sea más peligrosa que el camino hacia lo desconocido"
El día 20 de junio es el Día Mundial de las Personas Refugiadas.
En la Plaza San Juan de Lleida diversas entidades se han reunido para defender y visibilizar los derechos de las personas refugiadas y desplazadas con diferentes actividades, lecturas de testimonios de refugiados y lectura del manifiesto en que Alpicat Solidari nos hemos adherido:
MANIFIESTO DÍA MUNDIAL DE LAS PERSONAS REFUGIADAS
Los datos recopilados en los últimos años apuntan a que en el mundo hemos superado la cifra de 20 millones de refugiados, y de éstos a menos de 6 millones se les ha ofrecido asistencia. Las estadísticas son escalofriantes: cada minuto 31 personas huyen de sus hogares, dando como resultado actual más de 68 millones de personas desplazadas a la fuerza.
La situación de las personas refugiadas y desplazadas ha llegado a límites que son demasiado perturbadores para seguir dándoles a ellos la espalda. La falta de implicación por parte de las instituciones europeas y las administraciones locales, y el incumplimiento de sus obligaciones frente la defensa de los derechos humanos están generando precariedad y vulnerabilidad a personas que huyen del horror, la violencia, la pobreza y la desesperación. Si todo el mundo tiene derecho a una vida digna, en paz y libre, como es que las políticas de migraciones y fronteras suponen obstáculos, a menudo insuperables, para estas personas? Como es que se permite que los controles de fronteras vulneren el derecho de asilo? Como es que se están permitiendo tantísimas muertes en el Mediterráneo, en el desierto, los kilómetros y kilómetros que deben recorrer para poder poner a salvo a sus familias?
Y los derechos no sólo son vulnerados durante el proceso migratorio ... Gran parte de las personas que llegan a nuestras ciudades se encuentran con más barreras, tanto físicas como políticas, económicas y sociales. Las mal llamadas refugiados, personas que migran rodeadas de incertidumbre y miedo, con la esperanza de una realidad mejor, siguen sufriendo el olvido de los estados, el racismo de la sociedad y la desprotección por parte de las instituciones.
¿Qué podemos hacer nosotros cuando abrimos los ojos a esta verdad, cuando nos hacemos conscientes de que hay tanta gente sufriendo esta injusticia mientras Europa invierte nuestro dinero en quitárselos de encima en vez de crear vías seguras de acceso y programas de acogida digna. Nosotros hoy estamos aquí para invitarles a reflexionar cómo nos sentiríamos nosotros si nos trataran de la misma manera. Si nuestro país estuviera en guerra no huiríamos? Si no pudiéramos alimentar a nuestra familia no iríamos? Si viviéramos rodeados de miedo y violencia no escaparíamos? ¿Por qué entonces no sumar fuerzas para ser más tolerantes, para generar empatía y conciencia crítica, para ayudar y no rechazar, y para exigir a nuestras instituciones que cumplan con sus obligaciones, que no nieguen ni vulneren más derechos humanos ni a otros países , ni a nuestras puertas, ni en nuestras calles.